07 marzo 2005

CARNIVALISMO y globalizacion en eL MALECoN

¿Qué carajos somos?

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Si anoche hubiese conseguido dormir, hoy tendría la irremediable impresión de haber estado soñando...pero nada que ver, tan cierto y sustancioso como mi cajita succionadora de imágenes. Los iba chupando uno a uno, casi como sapa come-moscas, me iba tragando todos esos pedacitos de diversidad, me abría paso, me colaba, pedía permiso, pedía perdón…en fin, fui gentil, impertinente, respetuosa, necia y creo que hasta “caballerosa�…me faltaría una larga secuela de todos los posibles registros que se pueden traducir en un tumulto en el Malecón Libre..celebrando nuestro Carnaval, el de esta ciudad.

Salté, empujé, creo que reí unas 4 veces antes de empezar a pedir clemencia por tantos vejigazos. Confieso que más de una vez llegué a corretear a par de carajitos a ver si me cogían miedo, a pesar de que la que tenía pánico era yo, porque ya mis nalgas corrían el peligro inminente de pasarse al partido morado. (Ya fue suficiente con el hematoma de Supermaria).

Hay que anotar que esto no es como en el Norte, aquí hay todo tipo de vejigas: mansas, cumpleañeras, acolchadas, reboteras, de caucho, desinfladas. En algún momento, por mi mamasita, me pareció sentir un fundazo de una vejiga hecha de chocolate orgánico de Helados Bon. La verdad es que exagero un poquito, no duelen mucho, sólo se complica si la vejiga es de un pre-adolescente que viene con mala fe (o califé) y todas sus ganas de partirte un brazo. La mayor parte del tiempo, el fundazo venía de golpe y porrazo como un castigo divino y sin posibilidad de encontrar al atacante, porque es un mocoso tan pequeño que tienes que dirigir la mirada allaaaaá, en lo profundo del asfalto para advertir que la agresión vino de un enano que ya fisionómicamente parace un Campeón de la Selección Nacional de Dominó en la Categoría Libre, con la única y pequeñísima diferencia de que está reducido a la escala física de un niñito de 4 o 5 años...

Iba perpleja, primero con los ojos, luego con la cajita succionadora de vida. Es que eran como piezas de un rompecabezas asimétrico, amorfo, pegajoso, derretido, peludo, punzante, esponjoso, camaleónico, poseído, un híbrido engañoso...Porque ninguna pieza era igual a otra y ni una encajaba con las demás...pero los rompecabezas, por más cabezas que rompan vienen en una caja compartiendo el espacio, en molote eso sí, pero parecidos y encajan…ENCAJAN.

Estas piezas no, eran absolutamente disímiles, como los añicos de un vaso duralex, miles de impresiones, proyecciones, representaciones o mejor dicho...identidades disfrazadas de máscaras. Tele-Tubis, Gitanas, Minnie Mouse, Brujas traídas de un lugar que creo que le llaman Halloween, su ubicación, eso no me acuerdo..pero les aseguro que de lo que me acuerdo de carnaval desde pequeña..sólo ví a los Califé…y eso que se disgregaron porque vino un hombre que vendía pan de agua con salami y rompieron fila, volviéndose a organizar y a repartir saludos con la boca llena y alzando los brazos exhibiendo el pan con media rodaja de salami saliéndose, pero en fín, eran Los Califés y fue el único disfraz que logré entender.

vea por usted mismo:

http://www.flickr.com/photos/gisellita/

2 comentarios:

Lizzie González dijo...

es increíble las cosas que uno puede guardar en esa cajita, eh

gisellita® dijo...

sí, impresionante...

saludos,

G.